¿Programador, contra-estatus?

Hace unos días leí "¿Alguien ha visto un programador?", una opinión de Enrique Dans en "Libertad Digital". En su artículo, recorre a grandes rasgos la idea de como Ing. Informático, asumir o no el rol de programador.

De hecho recomiendo su lectura, ya que el panorama que describe considero que no es sólo de España; ya que aquí en Perú, veo también como tantos estudiantes escapan cuando terminado el diseño tienen que implementar una solución.

Me he animado a escribir una reseña sobre el tema aquí.

Hay un aura de "extrema dificultad" alrededor de la idea de programador. Esto puede ser el reflejo de la actual explotación de tantas compañías, que como bien describe Dans, toman al especialista en informática como un mago que DEBE resolver los problemas. Muchas veces éstos toman más del tiempo que les asignan para resolverlos; lo que lleva fácilmente a que dichos especialistas tienen dificultades para comunicarse. Sin embargo no siempre es así, ya que la premisa "Hay otra persona que puede ocupar tu cargo por menos sueldo" suele sugerir no reclamar nunca.

Volviendo al punto, ya muchos le temen a la idea de programar, así que siempre quedan los desarrollos en diseño y mala implementación o incompleta. Así ser programador lleva a que "pierdas estatus" en este ámbito; algo que me resulta insólito.

Esto se ve claramente cuando se dividen roles en un grupo de trabajo con un modelo de desarrollo clásico y nadie quiere asumir ese rol. Soy partidario de un modelo de desarrollo plano(¿alguien sabe si en algún lugar usan ésto en clase?), porque permite más interacción de ideas si es bien llevado. Aquí los roles se mezclan, y nadie le tiene miedo a programar.

Programar es llevar las ideas a la realidad(entiéndase concretar), así que es la consecuencia natural de plantear un solución informática. Programador, no lo tomo como el que pasa algoritmos a código fuente; sino como al que expresa sus soluciones informáticas completas. Sé que no he vivido tiempos anteriores, pero creo que antes más personas me apoyarían.

Quisiera terminar citando el último párrafo del artículo de Dans que relata también lo que veo aquí en Lima:

En España, a este lado del túnel, se necesitan programadores. Y los programadores necesitan una reivindicación urgente de su profesión, que recupere el legítimo orgullo de quien crea, de quien desarrolla, de quien se responsabiliza de un todo, de quien se enamora de un proyecto y no se limita a ser un obrero en el mismo, sino un verdadero arquitecto. Se buscan programadores con orgullo y capacidad para serlo. Pero por lo que se ve, habrá que mirar debajo de las piedras.